Wednesday, August 27, 2008

Nuit De Passion

Eran ya casi las 4 de la mañana y unos jóvenes mochileros, después de meterse una bombaza en unos bares en California, decidieron terminar su noche con broche de oro con un pack de doce en el pórtico de su hostal. Los jóvenes eran un hispano, una coreana, un irlandés (al que no le gustaba tomar ni fumar) y un francés. Al minuto de comenzar a tomar se unió al grupo un irlandés, Mike. El hispano le invito una cerveza y lo acoplo al grupo.

Al llegar la media hora todos perdieron su retraimiento. Las pausas incomodas fueron cambiadas por ruidosas carcajadas. Mike y el hispano se percataron que la cerveza se estaba agotando e inmediatamente fueron a comprar más en una licorería que quedaba a una cuadra del hostal. En el camino se encontraron con un japonés, compañero de cuarto del hispano. El japonés era un poco retraído ya que no dominaba casi nada el idioma inglés, el hispano no dudo en invitarlo a la reunión.

Compraron 2 paquetes y medio de doce y lo llevaron a la “reunión”. Al llegar al lugar ya se habían incorporado dos finlandeses otro francés que acababa de llegar de su país y dos americanas. El Japonés se percato de las buenas vibras que trasmitía el grupo e inmediatamente saco su pipa y una bolsa de hierba que Mike le había regalado en el camino de regreso al hostal. Ahora ya no solamente eran botellas de cerveza, gritos de salud en innumerables idiomas, carcajadas y buenas vibras que habitaban en el lugar, sino también el relajado y perfumoso olor que crea ese hoja incinerada.

La coreana estaba sentada en un rincón del pórtico y el hispano motivado por el alcohol e inspirado por la marihuana se sentó a su costado. La chica nunca había probado esta droga. En su país el consumo de esta droga es severamente castigado. Gracias al palabreo que le había metido a la muchacha días antes no se le hizo difícil convencerla a probar un poco. No paso mucho para que ella también entrase en el trance en el que todos se encontraban.

El tabaco, alcohol y el narcótico hizo que el hispano se sintiera mas atraído hacia la coreana y comenzó a usar sus tácticas del flirteo hacia ella. Al parecer ella también quería con el ya que el chape fue algo casi inevitable. El hispano, para ver hasta dónde podía llegar con la chica sin trabajarla, le comenzó a besar suavemente la oreja. Cada beso que le daba a esta muchacha era respondido con silenciosos gemidos. Al ver lo positivo que era la respuesta de la asiática, decidió cambiar los besos por lengüeteadas. Los gemidos se hacían cada vez más ruidosos.

El nivel de excitación del pobre latino era ya tan alto que no pudo controlarse y sin pensarlo le metió la mano al ojete de la oriental. Esta se dejaba y respondía con los mismos gemidos (mismo hentaii) y con más agarres. Todo el grupo se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. Algunos de los hombres le decían al hispano: “! Así se hace!” “! Campeón!” “! Que maestro!”, pero este solo trataba de ignorarlos ya que estaba ingeniando su plan maestro para poder follarse a la jaladita.

- ¿Qué te parece si vamos a mi cuarto para platicar un rato?, dijo el
hispano mientras se alzaba de su silla.
- ¿Para conversar?,
pregunto la coreana con una cara como que de recién despierta.
-
Si a
hablar un ratito y a tomar una cerveza. ¿Qué dices?
Le pregunto el hispano
sacando dos latas de cerveza.
- Está bien, dijo la jalada alzándose
de su asiento.
En el camino hacia el cuarto, que quedaba unos 3 pisos arriba, se la pasaron manoseándose y besándose. El hispano pensó que ya la tenía echo ese día. Iban a ir al cuarto y se la iban a pasar tirando, revolcando sus cuerpos como si fuese una pelea de cachascán. Lamentablemente no le fue como se lo estaba imaginando.

Al llegar al cuarto se toparon con el japonés. La coreana intento de hacerse la inocente y comenzó a conversar con él. El hispano, mientras ellos hablaban, trataba de mandarle señas al japonés para que se fuera y los dejara solos pero, quizá por diferencia de culturas, el japonés no lo llego a entender. El alcohol que la coreana había consumido le provocó miccionar y se fue para el baño.
Una vez que ella cerró la puerta el cortejante le dijo al japonés que los dejara solos para que pudieran una vez empezar a copular. El japonés, con lo poco que sabia ingles solo dijo unos “si si” y cuando la chica salió del baño él se metió al baño para ducharse. “Chino de mierda”, pensó el latino. Pero después le importo un bledo. Antes ha estado en situaciones similares donde tenía que convencer a la chica para aparearse mientras había personas que podían escucharlos o hasta verlos.

El japonés cerró la puerta y el hispano empezó a utilizar las tácticas, inspiradas un poco por la hierba que consumió.

- Siéntate aquí en mi cama, le dijo a la coreana mientras le daba a la
mano una lata de cerveza.
- Salud, dijo la coreana.
-
Coite
(salud en coreano),
dijo el hispano.
Ambos terminaron con sus latas y justo antes de que la coreana iniciara una conversación, el chico se abalanzo sobre ella. La echo sobre la cama. Beso sus chicos pero carnosos labios y después aplico los lengüetazos, la china después aplico el mismo beso pero le era un poco complicado por esa boquita “petit” que tenia. Inmediatamente las manos del muchacho comenzaron a entrar en acción. Mientras una cogía la delicada cabeza con pelo liso de la jaladita, la otra sobaba cada centímetro de ella. Comenzó por uno de sus cachetes y bajo suave y delicadamente hasta su cuello. La sentó y le quito la casaca que le había prestado cuando marcharon de la discoteca al hostal. Para no aburrir a la asiática con besos, después de sacarle la casaca, la entretuvo con un lento masaje en sus muslos seguido por un masaje en su clítoris. La chica solo respondía con gemidos. El hispano aprovechando que la asiática estaba sentada, con la otra mano le quito sigilosamente el sostén. La echo nuevamente en la cama y comenzó a abrir el cierre de la capucha.

Lastimosamente justo cuando el chaval, después de abrir la capucha de la joven, estaba rosando el vientre de la fémina con sus callosas manos está le sujetó la mano y lo detuvo.

- Solamente quiero ser tu amigo, nada ms que eso. Creo que mejor voy a mi
cuarto.
-
Pero somos solamente amigos. No pretendo ser algo más que
eso.
- Amigos no hacen esto.
-
Bueno si es que no
quieres hacer nada, entonces que te parece si conversamos un rato nomas.
- ¿Conversar nada más?
- Si… nada más.
- Me parece bien.
El chico miro los ojos de la chinita, sus jugosos labios y de allí todo su rostro. Al contemplar su cara podía ver que la chica estaba confundida. Obviamente en ese momento ella sentía algo muy fuerte por él (quizá el alcohol y la marihuana hayan motivado más estos sentimientos), y ahora dependía de él para darle ese empujoncito para que pudiesen los dos expresar físicamente el amor de esa noche.

- Sacare los condones de mi mochila. Me sentare a lado suyo. La besare hasta
que solita se eche sobre la cama. Me quitare la correa sin que se dé cuenta y la
desvestiré. Es todo o nada.
Pensó el impaciente muchacho.
Mientras el chico trataba de decodificar el seguro de su locker trato de improvisar un tema de conversación. Abrió su locker en tiempo record y saco unos condones que aún le quedaban de su reciente viaje. Lo inserto en uno de sus bolsillos y comenzó a realizar lo planeado.

a beso hasta que la fémina quedo tendida sobre la cama. Le abrió disimuladamente el jean y, una vez más, la masturbo hasta que los gemidos cambiasen a gritos. Tapo su boca para que no despertara a los inquilinos de su hostal ni los del hostal del acostado. Una vez más su intento fue fallido ya que los sentimientos de “culpa” (o mejor de puta) la remordieron. El hispano conocía muy bien las leyes de este país. No podía forzar la a tener sexo ya que podría ser severamente castigado, y prefirió dejarlo por un instante así nomas, tranquilo.

- Me tengo que ir, dijo la asiática. Se podía notar con sus palabras
que estaba indecisa, no sabía si seguir el estereotipo coreano de conservadores
o perderse en una lucha cuerpo a cuerpo en las sabanas de la temporal cama del
latino.
-
¡NO! ¡No te vayas! ¡Quédate un rato más! Al menos hay que
descansar un rato aquí en mi cama hasta que se nos pase la borrachera.
El
hispano no quería desperdiciar esta oportunidad, siempre le intrigo tener sexo
con una asiática.
Se acostaron una vez mas y, para hacer las cosas más fáciles, el chico se quito el pantalón, como para querer dormir más “cómodo”. A la asiática no le molesto en lo más mínimo. El joven comenzó a acariciarle la cara y a besarle la oreja. La chica respondía con movimientos, mismo baile árabe, ocasionándole al muchacho una erección inminente. Comenzaron a hacer ese baile que muchas parejas hacen cuando son jóvenes y no se atreven a dar el último paso, conocido vulgarmente como “cache con ropa” (versión cucharita).

La chinita se le monto encima. El hispano, con todo el calor del momento, trato de desabotonarle el jean que traía puesto. Se le hizo difícil pero no imposible. Justo cuando se lo bajaba la china una vez más lo detuvo.

- ¿Quieres follarme?, le pregunto la china con una vocesita que a
cualquier hombre lo volveria loco.
-
¡Estúpida de mierda! ¿No ves acaso
el tamaño de mi glande?,
pensó el varón mientras se bajaba el bóxer.
- Por supuesto que sí, respondió el chico.
-
Pero solo quiero ser
tu amiga, nada más que eso… los amigos no se follan.
-
¿Porque no?
Solo estamos expresando lo que estamos sintiendo en este momento, no tiene nada
de malo,
dijo el chico intentando convencerla para tener una noche alocada.
- ¡No! Creo q mejor me voy a mi cuarto, chao. Dijo la coreana
parándose y dejando al chico plantado con su verga en pleno aire.
-
¡Está bien! ¡Está bien! No hare nada. No haremos nada. Pero quédate un rato
conmigo
, dijo el latino parándose y vistiéndose.

Justo cuando el muchacho se ponía la correa el japonés salió del baño y entraban el irlandés con 3 otros inquilinos del cuarto: un inglés y una sueca que se notaban que tenían intenciones de pasar una noche alocada y otro varón. Todos esperaron a que el japonés se vistiera y el amigo del inglés (que también era ingles) les dijo a todos para que pasáramos al pórtico para tomar. Todos entendieron a lo que se quería referir con eso. “Vamos abajo para dejar a estos dos que se follen hasta caer dormidos”.

Bajaron entonces al pórtico y se toparon solamente con Mike que con las drogas estaba ya en un tripsazo y con el francés con el que fueron a tonear que estaba ya casi ebrio.

- Me voy abajo a revisar mi correo, no doy más, indica el francés.
- Puedo acompañarte, le dice la coreana y ambos se van del
chupodromo.

Mike, el irlandés y el japonés tildan al hispano como el héroe de la noche: ¡Grande Campeón! ¡Buena, Maestro! Era tanta la emoción del momento que el hispano no pudo decirles la verdad, que no llego a tirarse a la coreana. Decidió solo responder con una sonrisa y ocultar su rostro con una cerveza.


- Que estarán haciendo la coreana y el francés, piensa el chico.

La hierba estaba alterándolo un poco. Le entraba la desconfianza, uno de los efectos de la marihuana.

- Vamos abajo, dice el latino.
-
¿Desconfías del francés
acaso?
Le pregunta el irlandés
-
Sí, he calentado a la coreana
demasiado y no quiero que el francés tome provecho de mi trabajo.
-
No te preocupes, el francés es un ganso, un pavazo no creo que logre algo.
Te apuesto a que están en a computadora y ni están hablando. Si quieres vamos,
pero en un ratito.
Le dice Mike
- Está bien, responde el
hispano, no tan convencido por lo que le dijo su nuevo amigo.

Ahora no solo desconfiaba del francés, sino también de sus más amigos.

- ¿Sera esto un complot? ¿Habrán quedado de acuerdo para esto? ¿Para que
mierda deje que la coreana se fuera sola con el francés? ¡Soy un huevón!

piensa el desesperado chico.

Al cabo de unos minutos el irlandés se dio cuenta de la cara de preocupación del hispano y le dice si aun quiere bajar. El hispano le afirma, agarran el pack de seis que les queda y comprenden la marcha hacia el sótano.

El hispano fue el primero en llegar y se sorprendió de que Mike tuviera razón. Se topo con el francés y la coreana frente a las computadoras cada uno concentrado en su pantalla. Al ver que no había ninguna conspiración (o al menos eso parecía) les dijo a los muchachos para ir a la sala de televisión para terminar sus birras y de repente fumarse alguito mas para irse a dormir relajados. Solo el japonés y Mike accedieron a su plan el otro irlandés prefirió revisar su correo.

El trió estaba demasiado stone como para comenzar una conversación. El japonés estaba pegado a la tele a punto de caer en los brazos de Morfeo y Mike parecía como si se hubiese parchado, estaba también pegado a la tele pero con los ojos enormes y reventados. Y el hispano solo pensaba en la coreana y en lo que podía hacer para que esta pudiese acostarse con ella (o por lo menos un rapidín por algún lugar).

El francés viene a despedirse de todos y el hispano actúa como si nada hubiese pasado. Aunque el abrazo de despedida del francés fue un poco preocupante (era el ultimo día del hispano pero por la hierba y el desconfió se le cruzo por la cabeza que fácil el francés era un marión) se desearon buena suerte se dieron la mano y se dijeron “au revoir”.

El hispano se dirigió a donde la chinita. El irlandés se dio cuenta de la estrategia del pequeño arrecho y decidió apagar la computadora y unirse a los volados que estaban en un cuarto de televisión que se localizaba justo detrás de donde se encontraban. El hispano puso su mano sobre el hombro de la coreana y hecho su cabeza sobre la de ella.

- Muéstrame fotos tuyas, le pidió el chico.

La coreana pareció estar animada por mostrarle las fotos, pero al hispano no le interesaba en lo mas mínimo. Comenzó a besarle los cachetes y con la otra mano masajearle los muslos. La asiática abrió un poco más sus piernas.

“!Míralo! ¡Allí va otra vez el loco! ¡Qué maestro!” escucho el hispano como lo admiraban sus compañeros pero él se hizo el loco. No quería que nada los distraiga ahora.

- Quiero follarte, le dice el chico.
-
No, suéltame por favor.
Solamente quiero ser tu amiga
, Le responde la chica con una voz parecida a
un manga.
- Está bien, dijo el muchacho ya resignado pero feliz por
el día que paso.

Después de mostrarle las fotos el hispano se unió nuevamente con los stoners y el irlandés. Mike se despidió de cada uno. Ya tuvo bastante por una noche. Y junto con él la coreana también se despidió de cada uno.

- Nos vemos mañana, le dijo el hispano, si quieres duerme en nuestro cuarto
y te despierto para ir a desayunar a algún lado antes de que me vaya.
-
No te preocupes que me despertare yo sola para despedirme de ti.
- Está bien, descansa.

El japonés quedo muerto como se había predicho, el hispano quedo pegado al televisor pero pensando en lo rico que se sentía besar la boquita de la coreana y también en si todas las conchas asiáticas eran como el de esa coreana: apretaditas y sin peste. Estaba esperando a que ella regresara, muchas veces sus amigos le decían que no debía insistir con las mujeres, que solitas vendrían pero ya estaba perdiendo las esperanzas.

Justo cuando estaba a punto de rescatar al japonés de las profundas tinieblas del sueño, llego la coreana.

- ¿Qué paso? Le pregunta el irlandés.
-
No puedo subir a mi
cama. El camarote no tiene escalera para que me pueda subir. ¿Me puedes ayudar
Charles?
Este era como una cordial invitación para tirar.

- Claro, no hay problema, vamos.

Los efectos del alcohol y de la droga se disiparon de un momento al otro. Los ánimos se le subieron al igual que su miembro y se encamino al cuarto de la coreana. En el camino hacia el cuarto de la coreana la tomo por la cintura y le dijo:

- Esta noche va a ser tu noche de suerte, vas a sentir una verga de verdad.

La china no respondió. Lo más probable es que no haya entendido ni una palabra de lo que le dijo. En la puerta de su cuarto el chico la tiro hacia la pared, la jalada no se resistió. Ambos entraron a un combate de picos y chapes. El latino se saco la correa y desabotono su jean, cogió la mano de la china y se lo puso en la verga. Ella comenzó a corrérselo. Sus manos eran chicas y suaves. El muchacho le desabotono el jean y comenzó a masturbarla también. El chico después la tomo por las piernas y se la puso sobre la verga y se encamino al baño. Nada lo iba a detener. El instinto animal se estaba apoderando sobre él.

Cerró la puerta del baño con seguro y se bajo el jean y su bóxer.

- ¿Que estamos haciendo? Esto no es correcto, dijo la china, excitada, pero
con miedo.
El chaval no le respondió solo tomo su mano otra vez y la coloco en sus bolas. Ella comienza a jugar con sus genitales. Le bajo el pantalón y se la quito con delicadeza, misma madre con su hijo. Se sentó encima del retrete y tomo a la china por las piernas y la puso encima. La coreana cogió el pene del chico y lo coloco en su vagina y dio un gemido más excitante que el de un manga.
En la vida el chico había sentido una concha tan deliciosa. Todo parecía un dibujo animado. Ella cierra sus ojos como el de los animes.

Su chocho lo volvía loco. En la vida había sentido una chocha tan pequeña. Se la metió y sintió como las paredes vaginales abrazaban su verga con ternura. Se la mete sin preservativo, pero no le importo ni un comino.

- ¡Qué chucha! ¡Que me contagie de sida la chinita esta! ¡Después de tirarme
a esta muchacha podría morir en paz! ¡Total la muerte es algo inevitable! ¡Es lo
único que podemos saber de nuestro futuro… que vamos a morir! ¡Mejor disfrutar a
pleno este momento! ¡El mejor de mi vida! ¡Borracho, fumado, y haciéndole el
amor a una coreana que me está dando el mejor sexo de mi vida!,
piensa él.
Están cara a cara. Ella echa su liso pelo sobre la cara de él y empieza a cabalgarlo. Ni una mujer en la vida del muchacho se había movido como esta chinita lo hacía. Esta apunto de eyacular. Folla demasiado bien. El chico trata de controlarse pero parece algo inevitable, trata de cambiar de posición pero prefiere disfrutar del momento. Siempre ha sido un eyaculador precoz, pero por alguna razón no llega a eyacular. La coreana gime como loca. El inodoro rebota contra la pared haciendo un increíble ruido, pero no les importa.

- Que se despierten todos y me vean follando a esta hermosísima chinita
Hentaii
, piensa el latino.



La muchacha sigue dando rebotes contra su polla. El muchacho le agarra las nalgas. La muchacha tenía un trasero bien formado, parecía que iba a ser algo durito pero no lo es. En cambio es suave. Le encanta. Admira también la concha peluda y le rosa los pezones con los dedos, cada dedo dándole importancia singular a su pezón.

Parece que la china se vino da un último gemido, mucho mejor que el de los animes. Se aferra a los hombros de su compañero y hecha su cabeza sobre su hombro. En el mismo instante el chico se viene, pero para no dejarla embarazada, justo cuando va a salir el semen, saca su verga de la concha y se viene en las nalgas y ojete de la saciada mujer. En la vida había el muchacho eyaculado como ese día y en la vida había tenido su verga tan dura como ese día. Era como si se hubiese tomado miles de viagras.

La suelta y la coreana se para.

- Mi verga sigue paradaza, creo que un par de folladas más y nos vamos a
dormir
, piensa el hispano.
-
¡No más! ¡No más! Tengo un enamorado.
Mejor me voy a dormir
, dice la coreana
El chico toma a la coreana de la cabeza y la baja para que se la mame. La china se lo mete a la boca y sus labios carnosos hacen que el hombre de unos gemidos de placer únicos. Después de medio minuto la china se lo saca de la boca y le dice que ella no hace eso. Se sube el pantalón y le dice al muchacho que haga lo mismo. El chico se siente realizado y no necesita tirársela más. En su vida había estado tan feliz, tan relajado, es difícil describir lo que sintió ese día… también difícil describir la follada…

Se dieron unos cuantos besos mas, la china le acaricio el pene y salieron del baño. Como buen mozo el muchacho la acompaño a su cuarto. La jalada abre la puerta y antes de cerrarla se despide del muchacho diciéndole chau con la mano. El chico hace lo mismo y se encamina a la sala de televisión.

Después de despedirse de sus amigos y meterse a su parte del camarote. Abre la ventana y le roba al japonés unos cigarrillos mentolados provenientes del mismo país del dueño. Saca su cabeza por la ventana y mira hacia la ciudad. Se pone a pensar, a reflexionar sobre su día. Después del segundo cigarrillo se echó sobre su cama y se puso a dormir.

- Una singada mas y me enamoraba peor q con P, pensó el joven
-
Quiero irme a Asia, singarme a todas las jaladitas y esparcir mi semen
por todo ese continente…

- Como amo San Francisco…

[Una canción de la banda Global Deejays. Una de mis preferidas. The Sound Of San Francisco.]
[Hoy no me puedo levantar de Mecano. Será lo que sintió la Coreana a día siguiente? Espero que no... lo dudo.]

Wednesday, August 13, 2008

Adieu Avarice. Bonjour La Vie.

¿Valió la pena haber venido a este país? Esta es la pregunta que me hago día a día cuando comienzo a meditar en todas las cosas que deje atrás en Perú y todo lo que aun no he llegado a tener en este país primer mundista (Un cuchitril habitado por avaros, egocéntricos y consumistas).

He analizado esta pregunta con varios emigrantes (la gran mayoría de mi trabajo) y siempre llegamos a la misma conclusión. Nos hemos jodido más nuestras vidas al venir a buscar el supuesto “sueño americano”. Nuestra existencia ahora orbita alrededor del trabajo. Antes teníamos tiempo para las pichangas, tomar con nuestros amigos, pasarla en familia y recrearnos en lo que más nos gustaba. Ahora no hay tiempo ni para copular. Ridículamente yo solo me busque este estilo de vida. Estoy completamente solo en este lugar. Ni el cielo y ni mi madre muerta cuidan ya de mí y mi progreso depende solamente de mí.


Cuando vivía en lima podía disfrutar de mi juventud. Salir todos los días con mis amigos. Tomar, joder, o simplemente “hacer nada”. Me tiraba en mi cuarto y tocaba mi guitarra o me ponía a leer o si no me juntaba con mi equipo de rugby a entrenar. De por ley todo fin de semana se tenía que salir ya sea a una fiesta, concierto, reunión o simple “chupeta” en un parque con unos rones o vinos de 3 dólares. Ahora mi vida se basa en el estudio y en el estupefaciente trabajo... felizmente he podido añadir a ella uno de mis hobbies que es el gimnasio… pero esto solo lo puedo hacer en las madrugadas, sacrificando un par de horas de sueño. Si es que hay tiempo para juntarme con los pocos amigos que tengo, a veces ni lo hago y ellos no me critican por eso. Cada uno está agotado por el trabajo explotador al que esta sometido y prefiere utilizar ese adorado tiempo para descansar.

La falta de amor también es algo que nos hace falta a muchos aquí en el extranjero. Las personas en el norte del continente suelen ser apáticos y viven encerrado en su burbuja. Si es que estas tirado en la calle y necesitas ayuda ninguno se dignara a darte la mano. Les conversas un día y el siguiente día actúan como si no te conocieran, te ven y se pasan de largo. Puedes follarte una muchacha y al siguiente día es como si no te hubiese visto en su vida. Así de misántropo son estos lugares. Esta falta de apego, a mi parecer, lleva a que los habitantes de este lugar tengan que comprarse cosas materiales para poder llenar ese vacío que se siente en la esencia de la persona.





Muchos de mis amigos, incluyéndome, no tenemos enamoradas ni novias. Si alguno está casado es por los papeles. No tenemos a una mujer gracias a nuestro nuevo estilo de vida. Muchos ni tenemos a una de esas amigas cariñosas que las llamas cuando quieres desfogar un poco de estrés. Últimamente ha habido una chica que me ha empezado a gustar (mejor dicho hace unos meses). Pero no me atrevo a decírselo ya que sé que mi extenuante rutina no me auxiliara en formalizar algo con ella. Ni siquiera puedo "jilearmela" ya que termino tan agotado del trabajo que mi cerebro, a veces, no puede ingeniarse frases para abordar una conversación amena con ella. Cada día que pasa me doy cuenta que es muy poco probable de que pueda pasar algo (un poco mas y podría decirse imposible). Pero como siempre, al menos para mí, siempre hay un bichito que me dice que si se puede, que puede ligar algo con ella y q ella siente lo mismo que yo… pero tengo que ser realista, ninguna mujer se puede acostumbrar a mi horario reprimente y lamentablemente no me atrevo a cambiarla ya que le jure a mi madre que iba a ser exitoso en esta vida y que lo iba a lograr mediante el estudio (Ya fije metas y pretendo realizarlas). Aun así les juro que le diré a esta chica lo que siento y cuando lo haga les contare lo que sucedió, no importa que sea choteado vergonzosamente por esta fémina.

Al leer el blog micabeza.com de Rafael Fernández, aprendí una lección de vida que él, penosamente, llego a aprender a sus 34 años. “Primero están las personas que te aman, después el trabajo.” Él lo dio todo de si por su trabajo; su novia sufrió un aborto por no estar a su lado cuidándola, su fortuna personal, cambio de ciudad, su tiempo y sueños y hasta pasó hambre (una historia algo parecida a la mía).

Con el tiempo viviendo en esta cagada de país he aprendido que él no “tener” cosas no importa en lo absoluto. Uno tiene que valorar más su vida y hacer lo que más le gusta. Tratare de hacerlo, sacrificando el dinero extra que me puedo hacer en el trabajo. Viviré con lo necesario de ahora en adelante. ¿Quién me puede garantizar que voy a vivir hasta que sea un viejo decrepito? ¿Qué pasa si esta es la mejor época de mi vida y la estoy desperdiciando en el laburo? He recibido en algunas quincenas más de 1000 dólares y no me sentí tan feliz como en días donde no he tenido ni un real. Por esto pretendo renunciar a mi trabajo de cocinero y me buscare una chamba que no domine mi vida. Si esto significa sacrificar dinero y los viajes que tenía planeado hacer en México no interesa.

[Una canción que habla sobre como uno tiene que volverse fuerte para poder
sobrevivir en las calles. Buitres de Aeropajitas. ]

Saturday, August 9, 2008

Ma Vie Prolétaire

Estoy harto de trabajar. Me rompo el ojete los fines de semana haciendo turnos dobles, cocinando más de 700 platos para que al final del día tenga que limpiar mi línea de trabajo (que cuentan como dos líneas), y aparte de eso, barrer y trapear el piso. Sacrifico mis fines de semana, y junto con ese sacrificio se va mi vida social y mi juventud. Toda esta privación para que al final, los condenados gerentes del restaurante, después de ver cómo me mato trabajando para que los platos salgan rápido e intachables, me quieran romper mas el culo y me hagan hacer el trabajo de otros para ahorrarse el dinero de su costo laboral (ojo que no cuento lo que tengo que soportar con los putos meseros que me hinchan las pelotas siempre cuando me preguntan dónde está el plato de comida para su mesa o cuánto tiempo va a tardar el bendito pan al ajo que se sirve junto con las bebidas).

Mi vida proletaria empezó a mis 16 años cuando ya todos mis amigos andaban laburando y me molestaban por mi indolencia. Mal de mi parte no haberme culturizado con las citas de Robet Frost (1874 – 1963). Debí seguir haciendo lo que mas me gustaba en ese tiempo (la guitarra). “El cerebro es un órgano maravilloso. Comienza a trabajar nada mas al levantarnos y no deja de funcionar hasta entrar a la oficina”. Pero bueno, la vida es así y uno aprende con los errores que comete.



En ese entonces yo era aun un atocinado, y como buen obeso, habitante de Norteamérica, me encantaba la tienda de comida rápida “Taco Bell”. Al vivir a menos de cinco minutos de una de estas tiendas no lo pensé ni dos veces y apliqué de inmediato. En ese entonces no tenía aun una mentalidad avara. No pensaba en el dinero sino en cuantos tacos, burritos, enchiladas, quesadillas y chalupas me iba a poder comer diariamente. Comencé como cajero pero los gerentes, al ver como aprendí a hacer todos los tacos, no demoraron en ponerme de cocinero. Tampoco tardaron mucho para ponerme a hacer los turnos nocturnos de cinco de la tarde a cinco de la madrugada durante mis fines de semana.

En esta chamba mi visión inocente se panoramizó. El gerente con el que trabajaba en los turnos nocturnos compraba, con el cambio que no les daba a algunos clientes, cerveza, puchos, y diversas drogas. Fue allí que perdí parte de mi inocencia y que también me di cuenta, aparte de nunca comer en ningún tipo de restaurante, que las personas no son lo que parecen, y que también no puedes que no se puede confiar en nadie. Las personas que me parecían los más inocentes eran los más yonquis que en mi vida podría conocer. En pleno trabajo jalaban coca, fumaban hierba y se inyectaban heroína. Aunque me trajinaba en ese tajo y me pagaban una miseria por mi esfuerzo (6.75 dólares la hora) debo de aceptar que ha sido el mejor laburo que he tenido. Todas esas noches (durante y después del trabajo) nunca serán olvidadas.

Después, cuando ingrese al college, me conseguí un trabajo de “como técnico”. Mi función solo era asistir a los profesores que tenían dificultades para usar las computadoras o proyectores. En verdad este trabajo fue tan relajado que a veces ni lo considero como uno. Muchas veces solo tenía que enchufar un cable que no estaba puesto. Aparte de eso me la pasaba jugando “counter-strike” con mis compañeros del trabajo y después salíamos a tomar.

Mi primer ciclo de universidad terminó y mi madre se enfermo gravemente de cáncer metastásico al estomago e hígado. Después de la quimioterapia mi madre ya no podía trabajar. Después de aportar, junto con mi hermana, dinero para poder pagar las deudas, decidimos que era mejor regresar una vez más a Lima para que la familia nos pudiera ayudar en esta situación tan crítica. Para ese entonces ya había desarrollado una mente bastante avara. No quería llegar a lima sin dinero y no quería tener que depender económicamente de mis abuelos y tampoco quería ver como mi madre se degradaba con este virus maldito. Fue así como me decidí a quedarme un par de meses trabajando como cocinero en un restaurante llamado “Steak And Shake” (En el post anterior mi amigo Matias le tomo una foto al paradero de un bus. El aviso que sale en él es el de este trabajo.)

Este fue el trabajo más usurero que he tenido. El restaurante estaba abierto las 24 horas del día y, como siempre, a mi me tocaban los turnos de noche. Mi horario consistía mayormente de 5 de la tarde a 9 de la mañana, comía solamente papas fritas con sal y kétchup, y, aparte del labor de cocinero, tenía que atender a personas en el drive-thru y las que se encontraban dentro del restaurante (el mesero con el que trabajaba se la pasaba fumando en el techo del restaurante).

En este restaurante sufrí de un atraco. En una noche mientras hacía de cocinero/mesero un carro se acerco al drive-thru y me dio su orden y justo cuando abro la ventana, un decrépito saltó a la ventana (seguramente estaba consumido por las drogas). El sujeto se había tapado la cara con su camisa, mismo talibán. Yo, agotado por el trabajo y por el estrés, no mostré ningún tipo de emoción ante su asalto. Cuando me apunto con el arma me quede sorprendido al ver lo agraciada que se veía (era una pistola plateada con un mango de madera). El agresor me mando a que le entregase el dinero de la caja y yo solo me aleje del cajero y le indique que se lo llevara, que no iba a hacer nada para detenerlo. Pasamos un minuto en esa situación. Hasta me aleje del cajero y le indique con mímicas como podía entrar y tomar la caja. Cuando el lerdo me dijo nuevamente que le diera el dinero de la caja se me cruzo por la cabeza que estos “asaltantes” deben de ser los típicos chiquillos de Miami que se las dan de malos porque se visten de gangueros y quizá sus papis no le hayan dado dinero (para comprarse sus drogas). Mire atentamente al conductor que tenía puesto unas gafas oscuras, y que en el instante de verlo giro su cabeza para la otra dirección. También vi que el que tenía el arma temblaba un poco. Cansado de la gente estúpida que habita esta ciudad solo dije “Miamenses de mierda” y cerré la ventana del drive-thru y me dirigí hacia el lobby del restaurante. Justo cuando hice esto me di cuenta de la estupidez que había hecho. Para no aparentar ser gallina preferí seguir caminando que correr. El chiquillo golpeo la ventana con su arma, luego la abrió y trato de mandar unos cuantos tiros… felizmente, no sé si por milagro o porque no tenía balas, solo escuche unos “clacs” y de allí escuche como la camioneta salió como un bólido.


Acabado el incidente, fui a informarle a un gerente lo ocurrido, pero él, al ver lo calmado que me encontraba me llamó mentiroso. Le dije que viera la grabación de la cámara de seguridad y al verla se sobresalto y no sabía qué hacer. Le dije que llamara a la policía y así hizo (increíble que contraten a gerentes como este…). En media hora vino la FBI y nos informaron que estos asaltantes ya habían robado 4 otras tiendas y que los habían atrapado y que me necesitaban para identificarlos. Me embarcaron en su auto y me llevaron al lugar donde los habían detenido. Parecían ser los que me habían querido robar, tenían una camioneta blanca como la que había visto y uno de ellos era flaquísimo. Tenían todas las descripciones que mi mente pudo retener y les dije que si eran. Cuando regrese al restaurante me tope con todos los clientes viendo una y otra vez el video del asalto. Al verme solo atinaron a aplaudir, silbar y aclamar que fui el héroe del día. Pena que mi gerente ni la compañía pensaron lo mismo ya que ni me dijeron si necesitaba unos días libres como para “recuperarme del susto”.

Enojado porque el gerente general ni me pregunto cómo estaba me rehusé a atender el drive-thru. (Coloque unos cuantos conos para q los carros no pasaran). Al día siguiente me llamo y me dijo que ya no necesitaba más de mis servicios. Faltaban una semana para que regresara a Lima y tuve que ir a pedirle que por favor me deje terminar la semana de trabajo. Después de rebajarme el orgullo me dijo que estaba bien… ¡Me llega al pincho como después de matarme y de haber frustrado un asalto me hayan querido despedir!... pero mi mentalidad avara pudo mas conmigo.
Regresé después a Perú y pude disfrutar de mi vida. Pero esto solo fue temporal ya que mi madre falleció y tuve que optar por si quedarme en Lima con una vida de mantenido y dependiente, o venir a Miami y luchar yo solo y salir adelante por mi cuenta. Por alguna razón siempre me he querido complicar la vida y madurar con todas las experiencias por las que paso y decidí que mejor me venía a Miami.

Vine con la mentalidad de conseguir un trabajo no relacionado a la cocina pero lamentablemente fue lo primero que conseguí. Me contrataron para trabajar de cocinero en un restaurante Mexicano llamado “On The Border”. Era la primera vez que iba a trabajar en un restaurante de verdad, pero estaba seguro que iba a ser lo mismo que trabajar en una tienda de comida rápida, total… solo nos programan para preparar la comida.



Los compañeros que tenía en este laburo eran unos flojos y siempre cuando se llenaban de órdenes pedían ayuda. Los managers siempre me tuvieron corriendo de estación en estación (tanto así que todos los días salía escaldado). Y mejor ni contarles del desastre que se tenía que limpiar cada noche. Siempre discutía con los gerentes para que me dieran libre los días que tenia clases y también discutía con los meseros porque no quería arriesgar mi trabajo dándoles comida gratis. En el primer mes que pasó me aprendí todas las estaciones (entradas, platos de fondo y parrilla) y no me quisieron subir el sueldo. Así fue como me fui a buscar otro trabajo y termine en el “Macaroni and Grill”.


[Acá les muestro el primer video que he grabado para el blog.
He grabado solo la mitad de la cocina. El moreno al que le "entrevisto" estaba
un poco zampado con los vinos que nos pelamos en la chamba.]




Hace dos semanas me explotaron más que nunca. Me toco trabajar doble turno un domingo. Entre en la línea de pastas y prepare más de 150 platos. Y a las seis, cuanto me tocaba entrar a la línea de entradas, mandaron a la casa a uno de mis compañeros porque estaba fumado. Me recontra mate trabajando. A los meseros no les faltó los panes y sus platos salían siempre a tiempo. Me saque tanto la mierda que hasta algunos compañeros me preguntaban si necesitaba ayuda. Ese día cocine más de 600 platos y supuestamente me tocaba cerrar la línea de entradas (ojo que cuenta como dos y cada cocinero cierra una nomás). Un manager me pidió que cerrara también el de la parrilla porque el que estaba trabajando allí se tardaba mucho. Accedí a su propuesta esperando que me diera permiso para empalagarme un pedazo de carne con salsa chianti y un risotto con pesto. Cuando le preguntè al manager, no me dio permiso para prepararme nada. Obviamente, me llegò al huevo y a la hora de cerrar no limpiè nada y me fui a mi morada. Creo que es hora de irme buscando otro trabajo… y ahora ya no importará la paga.

[La canción de “el vals del obrero” de Ska-P describe casi
perfectamente lo que siento en estos momentos por mi chamba.]





[Un video clip 80tero clásico de Donna Summer, “She worked
hard for the money”. Me hace acordar de mi madre que se mataba trabajando
siempre por mi hermana y por mí.]